Todavía como ministro de Finanzas de Angela Merkelel canciller alemán Olaf Scholz empleado el «bazooka» estatal para aliviar a la economia alemana de las consecuencias de la pandemia. Ahora Scholz lanza un segundo proyecto destinado a paliar las consecuencias de la inflación y, en especial, los precios fuera del control de la factura energética. El documento de 13 páginas presentado hoy en Berlín por la «coalición semáforo» contiene finalmente todas y cada una de las medidas propuestas por cada uno de los tres partidos que la forman: socialdemócratas, verdes y liberales. El conjunto, que incurre inevitablemente en varias contradicciones, compone un paquete de 65.000 millones de euros que nadie en el gobierno alemán ha sabido explicar por el momento de dónde van a salir.
Desde una especie de impuesto sobre los beneficios excesivos, a lo que el texto se refiere como «desnatar los beneficios aleatorios», hasta un tope de precio para la cuota básica de electricidad, por más prestaciones por hijos, más prestaciones por vivienda, pagos único para jubilados, estudiantes y aprendices e incluye un sucesor al billete tarifa fija para el transporte público de entre 49 y 69 euros mensuales. Scholz inyectó medidas de descompresión para el bolsillo de familias y empresas por tierra mar y aire. Se posponen tasas como el aumento del precio del CO2 y se descarga al contribuyente introduciendo la deducibilidad fiscal total de las contribuciones a las pensiones. Los 449 euros de la ayuda social a parados de larga duración denominados popularmente «Hartz IV» pasan a ser 500 euros. Los jubilados recibirán un pago único de 300 euros, los estudiantes de 200 euros. Para el periodo de calefacción hasta diciembre de 2022, habrá una ayuda única de 415 euros para los beneficiarios del subsidio de vivienda, al que accedan desde una situación de precariedad de recursos.
Después de eso, el subsidio se integrará permanentemente en el subsidio de vivienda (540 euros para dos personas; por cada persona adicional se añaden 100 euros). Para aliviar a las familias, la presanza por hijo descarta a principio de año en 18 euros al mes por el primer y segundo hijo, desde los 204 euros actuales. La regulación especial de beneficios por reducción de jornada se extenderá más allá del 30 de septiembre de 2022 y, ante el fuerte aumento de los precios al consumidor, el gobierno federal pide a las empresas que paguen a los trabajadores una “prima por inflación”». El estado «ará que esto sea posible en cualquier caso» al no imponer impuestos ni aranceles sobre dichos pagos hasta un total de 3.000 euros, ha aclarado el canciller Scholz, que expresaba además la esperanza de que «esto suceda en todos los amídos millones de veces en toda Alemania». Y las tasas impositivas quedan ajustadas por la inflación. Despues de que el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes pretenden reinterpretar este mecanismo fiscal como un instrumento de política social en las últimas semanas, ahora pasa a formar parte estructural de este tercer paquete de ayuda desde que Rusia dio inicio a la invasión de Ucrania.
El hecho de que el gobierno federal no haya podido especificar cuánto se lleva cada una de las medidas individuales de la suma total de 65.000 millones de euros suguete que todavía hay muchos cabos por atar. El ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner (FDP), lo ha confirmado indirectamente al estimar los requisitos financieros adicionales para este y el próximo año juntos en unos 32.000 millones de euros. Tampoco queda claro qué aportarán realente a los ciudadanos las interrupciones anunciadas en el mercado de la electricidad.
La demanda de redistribuir las ganancias adicionales de aquellos productores de electricidad que no usan gas caro puede ser extremadamente popular, pero el hecho es que los precios máximos dictados por el estado, un ramalazo de economía planificada cuya justificación sería deseable, rara vez funcionan en el pasado. Only hay que pensar en el tope al precio del alquiler impuesto en Berlin, que condujo a todo tipo de mecanismos evasivos que, en última instancia, solo hicieron que la vida fuera más cara precaria para los inquilinos. La ‘coalición semáforo’ alemana ha preferido manejar los síntomas para atacar el problema vía la oferta y no ha entrado a discutir la posible extensión de la vida útil de las centrales nucleares, cuyo cierre definitivo está previsto para finales de este año.
«Todamos todas estas preocupaciones de los ciudadanos muy en serio», ha convertido el canciller Scholz en la esencia del acuerdo, «el mensaje que tratamos de hacer llegar a la economía, a cada uno de los ciudadanos, es que no caminas solo, no dejaremos a nadie solo». Scholz ha sugerido además que Alemania tratará de arrastrar a los socios europeos hacia estas medidas, muy especialmente hacia el tope al precio del consumo básico de electricidad. «Lo intentaremos primero a nivel europeo y, si no funciona, a nivel nacional», afirmó el dirigente de Los Verdes, Omid Nouripourdecidió a evitar los cortes de energía para los consumidores que no pueden pagar sus facturas ya modificará la fijación de precios en el mercado de la electricidad