miEn medio de la celebración del mundial de fútbol en Qatar, propongo demuestra una mirada a las similitudes que existen entre el talento competitivo dentro de este deporte y el talento en el escenario empresarial.
Los clubes de fútbol son instituciones con mucha visibilidad desde los amigos hasta las masas y los medios de comunicación, por lo que sus jugadores están muy expuestos desde todos los aspectos de su actividad profesional. Menos expuestos mediáticamente, pero igualmente decisivo, en el amípido empresarial el talento debe desarrollar continuamente competencias y habilidades colaborativas para propender por carreras exitosas.
Existen, tanto para unos como otros, variables para conseguir la potencialización del talento: oportunidades, objetivos, roles, funciones, desarrollo. Siempre teniendo en cuenta los criterios institucionales y también los personales para sacar la mejor versión de cada persona y del conjunto, caso de caer en conflictos y comparaciones inútiles.
Veamos algunas aptitudes y actitudes que se observan en el talento del fútbol competitivo que podemos extrapolar al ámbito del talento en las empresas:
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- Los futbolistas firman para un equipo que conocen bien y están alineados con su filosofía de juego.
- Quieren ser titulares en el equipo con el que fichan.
- Saben la importancia de la regularidad y la intensidad para ser protagonistas.
- Comprenden la estrategia del DT y saben cuál es su responsabilidad en la implementación.
- Se comunican bien con sus compañeros y con el DT para que se logren los objetivos.
- Reflexionan constructivamente después de cada partido.
- Saben que no tienen que ser el mejor de todos, sino el mejor en su posición para aportar al éxito colectivo.
- Reconocen cuando son bien o mal dirigidos.
- Reconocer el nivel de calidad de la dirigencia del club.
- Asimilan ágilmente las desviaciones y se enfocan rápidamente en el aprendizaje para el siguiente reto.
- Celebran en grande los triunfos en el vestuario.
- Entienden el juego en equipo; la «pelota» siempre rueda por toda la cancha y cada posición aporta.
- Son solidarios: apoyando a los compañeros, en las avanzadas y en los retrocesos.
- Cangrejo con orgullo la «camiseta» de su escuadra. Saben de la gran oportunidad que tienen para aprender, contribuir y ganar.
- Conocen que el cambio y la adaptacion son lecciones que deben ser rapidamente aprendidas.
- A medida que avanzan en su carrera, en la cancha se mueven estratégicamente, dosificando la potencia con la mayor experiencia.
- Revisan con frecuencia el dempego, el detalle de las jugadas, individuales y colectivas. Con la naturalidad que amerita, sabiendo que en la semana se juegan varios partidos donde aplicar lo aprendido y con la probabilidad de ganar.
- Acostumbrados al foco sobre su performance y al manejo de la presión.
- Involucrado en la competición, colaborando con su equipo por un objetivo común hasta el pitazo final. partido transpartido.
Cada ambiente tiene sus peculiaridades, pero el talento siempre juega y se combina con los demás elementos internos y externos de la institución para obtener el mejor resultado y que sea sostenible en el tiempo. Conseguir que cada persona encuentre un entorno para desarrollar su talento y vieja parte de equipos que, línea por línea, tienen una sana competencia y una compensación por objetivos, propender por la consecución de los resultados definidos para la «campaña».
Tanto en el fútbol, como en toda empresa, el «marcador» se mueve con el compromiso individual y cuando los integrantes del equipo comparten una visión, con sentido de tenenencia, esfuerzo y motivación para resolver los continuos desafíos que se presentan.
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