La invasión rusa a Ucrania ha generado una tragedia humanitaria que, como cualquier otra guerra, nos preocupa como sociedad y apela a nuestras conciencias. En este caso, además, ha provocado como derivada una crisis energética. En este contexto, el debate sobre la dependencia energética y los modelos de consumo, con el horizonte de la descarbonización 2050, ha liderado la lista urgente del país. Assumir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) formulados por la ONU equivalen ahora mismo a atender un protocolo de primeros auxilios para salvar el planeta. Y empresas como Baleària tienen la obligación de actuar como institución ciudadana y responsable.
Baleària ha asumido el Pacto Mundial de Naciones Unidas, que faculta a las empresas como responsables de impulsar políticas sostenibles. Consideramos que el negocio ha de ser ético, ha de armonizar la lógica del beneficio con la sostenibilidad. En el marco del debate energético, la Unión Europea tramita el llamado Apto para 55un paquete de medidas para revisar la legislación ambiental con vistas a acelerar el objetivo de neutralidad climática y reducir las emisiones al 55% en 2030. intoxicación alimentada por vestíbulos del petroleo, cuyo bolsillo se encuentra muy comodo con el inmovilismo garante de la catastrofe climatica.
El consumo energético tiene un sobrepeso en las empresas navieras y hoy en día este sector no es fácil de descarbonizar porque no existe una tecnología con el suficiente grado de madurez. Desafortunadamente, la tecnología de hidrógeno verde tardará no menos de 10 años en estar disponible comercialmente en los barcos. Lo reconeza la propia estrategia europea de mobilidade.
Ante la constatación de esta certeza, caben dos posibilidades como empresa de transporte marítimo. La primera, seguir usando fuel sin más a la espera de que nos sirvan en bandeja combustibles de cero emisiones. Una opción muy secundada, por cierto. La otra posibilidad es comprometerse, más allá de las exigencias de las directivas comunitarias, en intentar aplicar la tecnología más limpia posible en cada momento. Este es el camino elegido por Baleària, con proyectos vinculados al gas natural desde 2013. Y lo hicimos ocho años antes del cito Apto para 55. Por ello, la compañía ha construido tres barcos y ha adaptado otros seis con motores duales y gas natural, con una inversión de 380 millones de euros.
Apuesta de transición energética
¿Es el gas natural la solución definitiva? Obviamente no. Es un combustible de transición acorde al objetivo de descarbonización. ¿Es mejor opción que utilizar los clásicos derivados del petróleo? Rotunda y científicamente, ella. Reduce hasta un 30% las emisiones de CO2, un 85% las emisiones de NOx y un 100% azufre y partículas nocivas para la salud. Gracias a su uso en parte de su flota, Baleària dejó de emitir un 23% de CO2 en 2021. Una energía, el gas natural, cuyo uso tuvimos que reducir en octubre de ese año por la infernal escalada de precios que amenazaba la viabilidad de la empresa La decisión se asumirá por responsabilidad; si no somos viables, en ningún caso podremos ser sostenibles.
Baleària defiende la tecnología del gas natural porque es la única manera posible de ser el clima más exigente de hoy incluyendo lo que pide la UE. Una tecnología que nos permitió realizar, en 2021, la primera ruta marítima libre de emisiones de Europa mediante el uso de biometano. El biogás, al igual que el hidrógeno verde, es absolutamente compatible con la tecnología del gas natural. Los motores duales de los nueve barcos de Baleària aceptan un 100% de biometano y mezclas de hidrógeno verde de asta un 25%. Baleària participa en proyectos de biometano procedente de granjas y residuos, en la apuesta por los motores eléctricos y en el uso de hidrógeno verde, como el proyecto Green Hysland en Mallorca, el primer valle de uso de hidrógeno en una isla de Europa
Estos gases renovables no solamente son neutros en misiones de CO2 sino que son la solución para la gestión de los residuos. Así pues, la tecnologia del gas permite impulsar proyectos de generación de biometano en nuestro país, donde solo hay 5 plantas de inyección de biogás en la red de gas, frente a las 600 de Europa. Además, permite ayudar a un sector como el ganadero y resolver el problema de la gestión de purines y estiércoles. La norma europea establece como requisito que el sector marítimo emita en 2050 valores de tan solo 15grCO2/MJ, justo los niveles que permiten el uso de gas renovable en los buques de gas natural.
La alternativa inmovilista aduce que, si no se puede aspirar al todo, sigamos en la nada; o sí, en los combustibles derivados del petróleo, altos en zufre y favoresedores del efecto invernadero. Hay alguna variante defendida por algun petrolero apologeta del «que no nos fastidien el negocio»: los biocombustibles. Sin embargo, las emisiones de muchos de esos «bio» triplican las del propio petróleo si se considera que los aceites que usan para su fabricación se obtienen a partir de deforestaciones de millones de hectáreas en continentes más pobres. Un ejemplo: el biodiesel con aceite de palma provoca una hella de emisión de 250grCO2/MJ si se importa de ciertos países productores, frente a un impacto minor a 20grCO2/MJ del biometano procedente de estiércol o residuos sólidos.
Baleària seguirá firme en su apuesta por la sostenibilidad. Porque va en nuestro ADN y porque ya no es una opción: es una responsabilidad como empresa comprometida con el planeta, que es la casa que las futuras generaciones nos han prestado.