La deuda es mucho más cara que hace un año y, previsiblemente, lo será bastante más dentro de unos meses. Las empresas que se financian en los mercados de capitales, ya sea median la emisión de bonos oa través de créditos sindicados (préstamos concedidos por varios bancos), en sus diversos modalidos, han visto como la alegría con la que los inversores le prestan su dinero hace apenas una vez meses ha desaparecido.
El cambio de ciclo en la política monetaria, que ha ledavod los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) del 0% al 2% desde el verano – a la espera de nuevas subidas – ha modificado por completo el acceso a la financiación empresarial . Desde enero, el número de operaciones ha caído fuertemente – en emisiones de deuda alto rendimiento o de alto rendezvous, un 85%, y en los prejones syndicados, un 75%–al tiempo que el coste de la deuda se ha disparado.
La agresión rusa a Ucrania, primero, y la explosión de la inflación, después, aceleraron un proceso al que se ha añadido un ingrediente más: la inminente recesión. Es verdad que hay cierto consenso en que será una recesión técnica, no severa… como lo había también en que la inflación sería transitoria. Ya se verá.
El mercado se halla expectante ante la cita de diciembre del BCE, cuando marque su nueva hoja de ruta
De momento, el cóctel puede resultar imbebible para unos pocos, sobre todo en 2023, porque este año se ha guardado bien por el miedo a las consecuencias de la pandemia, la guerra, la inflación y la subida de tipos, si la enorme cantidad de liquidez disponible para hacer frente a la crisis, han dotado a la empresa de ese freno para cubrirse las espaldas de lo que pudiera pasar.
Ahora, como cuando empieza un llover, hay menos paraguas y son más caros. «La explicación está muy clara: con estas subidas de tipos de interés, es probable que la economía entre en recesión y, por esta razón, los inversores empiecen a pedir una prima superior», dice Carlos Godina, director general y jefe de financiación estructurada y mercado de capitales de BNP Paribas en España y Portugal. Es la consecuencia logica al incremento de las posibilidades de impago.
Los bonos de alto riesgo aumentaron el 2022 con una rentabilidad del 2,8% y, tras meses de subidas constantes, superaron el 8% a finales de octubre. En el grado de inversión, el número de préstamos sindicados a empresas de buena o muy buena calidad crediticia ha descendido un 32% hasta mediados de noviembre, que asciende al 37% en bonos. Y las rentabilidades exigidas también se han triplicado.
Los fondos esperan su oportunidad
La gestión del riesgo empresarial se ha diversificado mucho en los últimos años y en España, un país hasta ahora dominado por la banca, hay poco terreno para alternativas de financiación. Las emisiones de bonos y la irrupción de los fondos oportunistas y otros especializados en deuda de alto riesgo se han ido incrementando. Sin embargo, paradójicamente, la crisis actual ha asumido un cierto paréntesis a esta tendencia porque los bancos han estado muy activos en la concesión de créditos. El motivo es que sus ratios de solvencia y liquidez se lo permitíán (la subida de tipos del BCE no ha sido acompañada de una reducción de su balance) y la morosidad estaba -y está- en mínimos. “Los bancos han financiado a las empresas de manera bastante agresivas en los últimos meses con diferenciales mucho más estrechos que los que se están aplicando en las emisiones de bonos comparables”, comenta Fernando García, de SG. Fuentes de Banc Sabadell creen que este hecho es circunstancial y que, previsiblemente, la brecha se cerrará muy tarde a finales del primer semestre de 2023. , todo ha ido mejor que lo previsto, y las provisiones por la covid o la guerra han sido más que suficates», ajedan las fuentes.
Ahora, unos y otros segmentos del mercado han frenado un poco su escalada a la espera de nuevos datos sobre la inflación y el crecimiento y, sobre todo, hasta ver el tono del BCE en su cita del 15 de diciembre. Este día volverán a subir los tipos, se actualizarán las previsiones para el 2023 y se darán a conocer la nueva hoja ruta en la política monetaria tanto en lo relativo a los tipos como sobre la gestión del balance del ECB.
Para la evolución de la deuda empresarial en los mercados, la questiona es, según los expertos, cómo se va a gentirar la inflación, si el alza no afloja. Pero parece claro que, sea cual sea la salida, todo pasará por dinero más caro y menos emisiones. Enrique Balboa, responsable de financiación estructurada de BNP Paribas para Iberia explica que “el notable descenso del volumen de emisión de renta fija en 2022 se explica, no solo por la volatilidad del mercado experimentada, sino también por la ausencia de vencimientos significativos de deuda , así como por la disponibilidad de financiación bancaria, especialmente en la primera mitad del año”.
En el 2022, la banca ha sacado partido de la oportunidad que se le ha presentado, pero ya sube los precios. «Todos tenemos liquidez, lo que nos preocupa es la rentabilidad», comentan fuentes de un banco del Ibex. “No nos preocupa el impacto del aumento de los tipos de interés en las empresas, porque es cierto que hay mucho ahorro en el sistema, pero también que la combinación de alta inflación y recesión es una bomba de relojería”, agregó. las fuentes
La morosidad está controlada, pero ¿hasta cuándo? «No está claro y es normal que llegue algún impago y de insolvencia, aunque en España reina la calma y no esperamos sorpresas negativas», sostiene Fernando García, director general de deuda corporativa y banca de inversión en Société Générale en Iberia. Las turbulencias anteriores se superaron. El 2023 agarda su hora…