Según Gaceta Balear, el Govern Balear y las principales navieras internacionales de cruceros han llegado a un acuerdo para limitar la llegada de grandes buques de pasaje al puerto de Palma y evitar hasta diez buques en el mismo día, de los que desembarcan miles de pasajeros. Solo tres cruceros pueden correr simultáneamente el mismo día y solo uno puede ser un megacrucero con más de 5,000 pasajeros, según el acuerdo.
El acuerdo llega tras dos años de intensas negociaciones entre el Gobierno de Francina Armengol y los empresarios de las principales navieras, con representantes de Costa Cruises, MSC Cruises, TUI Cruises, Royal Caribbean y Marella Cruises. Es una declaración de intenciones. No existe una forma legal de limitar el acceso a los grandes buques. El Gobierno y las navieras aseguran que es una decisión satisfactoria que conjuga los intereses de las empresas con la creciente preocupación del público por viajar en cruceros a la ciudad.
Solo tres barcos pueden navegar simultáneamente el mismo día, con un mega viaje por mar
Se trata del último estudio de los beneficios económicos del turismo de cruceros en Palma desde 2017. Fue realizado por la Universitat de les Illes Balears a petición de la Autoridad Portuaria de Baleares y calculó un beneficio de unos 256 millones de euros anuales, un 1,04% del valor agregado bruto. Calculó que casi 6.000 puestos de trabajo dependían directamente del sector. La actividad ha ido en aumento desde entonces, con la pandemia que provocó la pausa en los últimos meses, pero este negocio en crecimiento ha creado una creciente protesta pública.
Los partidos ecológicos y las formaciones de izquierda en las islas se han mostrado frente a la llegada masiva de estos grandes buques. Aseguran la presencia simultánea de hasta 30.000 viajeros en un solo día en una ciudad de 400.000 habitantes saliendo a las calles, generando consumos energéticos, generando vertidos en las zonas portuarias y vecinales y generando molestias a los vecinos.
Ahora se propone superar este conflicto de intereses entre los beneficios económicos de la acción y la negativa de algunos palmarianos a cumplir con el acuerdo. El resultado práctico es que, a partir de 2022, llegarán al puerto de Palma 460 embarcaciones con capacidad para más de 500 pasajeros frente a las 538 que lo hicieron en 2019, último año que sirve de referencia. Es un descenso del 14,5%, según datos del Govern de les Illes Balears.
Si se tiene en cuenta el número total de barcos, incluidos los de capacidad inferior a 500 pasajeros, la escala prevista es 518 frente a 594 en ese momento, lo que supone una disminución del 13%. La medida implica que no se pueden superar los 8.500 viajes diarios semanales. Es decir, si se superan un día, al día siguiente se debe reducir la cifra. La cifra está lejos de los 30.000 cruceristas que aterrizaron en Palma en un día.
“Se trata de poner límites a la primera llegada de cruceros a Palma, lo que no hubiera sido posible sin la voluntad del sector”,
afirma Iago Negueruela, ministro de Modelo Ecológico en Turismo Gubernamental.
Por el contrario, miembros del Gobierno de Armengol lo consideran insuficiente. Los empresarios de las navieras, CLIA, por su parte, aseguran que están muy contentos con el acuerdo, que les permite mantener la actividad gracias a una autorregulación que consideran positiva para todas las partes.