Los sindicatos llevan tiempo intentando sacarse de encima la sospache recurrente de que los salarios acaban siendo los responsables de la espiral inflacionista, y en esta crisis, de momento los datos les dan buena parte de razón. Con un aumento promedio en los contratos este año de 2,6% frente a una inflación de 8,5%, no se ve como culpables a los salarios.
Lo que UGT señala como gran responsable de este aumento de los precios son los beneficios empresariales. En términos concretos, señala que del aumento de la inflación en los dos primeros trimestres de este año, los beneficios empresariales son la causa del 83,7%, mientras que los salarios por sí solos representan el 14,7%. Son datos del informe publicados esta mañana por el servicio de estudios del sindicato.
En ese sentido, se afirma que “el aumento sostenido de los precios no tiene que ver con salarios que mes a mes pierden poder adquisitivo, sino con la estrategia de un sector empresarial que apalanca la falta de competencia en algunos sectores o la expansión de su demanda tras la pandemia para inflar desorbitadamente los precios de sus productos”.
En términos concretos, se señala que los márgenes de utilidad de las empresas han superado los niveles previos a la pandemia, se han incrementado en 1,9 puntos respecto al año 2019. En un análisis por sectores, además de los beneficios de la banca y las empresas de energía, incrementos en servicios (un 2% por encima del nivel prepandemia), y en actividades de construcción e inmobiliarias (1,3 puntos si). Es cierto también que en otras áreas caen los beneficios, como en el sector primario o se moderan en la industria.
Con estos elementos, la conclusión es que la brecha entre la evolución de los salarios y los beneficios reales se convierte en una de las más altas de Europa, que se ha acortado en concreto. Analizando las proyecciones estadísticas de la Comisión Europea, el estudio concluye que el salario real por empleado caerá un 3,1% en 2022, mientras que los beneficios reales de las empresas aumentarán un 2,7% en España, lo que supone una brecha de 5,7 puntos . Solo Letonia, Portugal e Irlanda presentan una brecha mayor.