Muebles La Fábrica es la mayor tienda de muebles de Valencia y saben lo caro que es, en estos momentos están refrigerando los 4.000 metros cuadrados que albergan butacas, alacenas y comedores a la espera del cliente. «Este año la factura de la luz duplicará a la del año pasta, pero es que en agosto ha sido imposible no poner el aire acondición», asegura José Gómez, gerente de este emblemático establecimiento abierto desde 1972 y situado en una de las arterias si pueblos de la ciudad.
A pesar de la crisis energetica, el equipo de esta tienda en la que trabajan quince personas es optimista porque desde la pandemia han notado un punte en las ventas. «Lo vimos tras el confinamiento. La gente vivía de puertas hacia afuera y tras esto, cambiaron. Ahora siguen viniendo porque quieren mejorar su hogar”, explica Loli Díaz, directora comercial.
costos fijos
En Muebles la Fábrica explican que la factura de la luz ya es el doble que hace un año
Con una larga trayectoria en este negocio, saben que septiembre es sinónimo de vuelta al cole y, en su caso, de aumentar las ventas de mobiliario juvenil y, ahora, también de mesas y sillas de trabajo para la población que sigue teletrabajando dos años después.
Así, en este final de año recibirán nuevas tarifas por parte de los proveedores, que han pasado de la actualización de precios anuales a realizarlas casi cada tres meses debido a la volatilidad de los mercados. «Nosotros no podemos repercutir todo en los precios, porque tenemos una enorme competencia con el comercio online», añadió José Gómez.
No podemos repercutir todo en los precios, porque tenemos una competencia enorme con el comercio online»
«Y este año no sabemos cómo irá, nos están metiendo mucho miedo con que el otoño va a ser caliente, pero nosotros resistimos. Eso sí, también necesitamos ayudas», comentan ambos. Proponen, por ejemplo, que el IVA se reduzca en productos como colchones o camas articuladas porque «son de primera necesidad para muchas familias», explicó Díaz.
En el mismo barco, en el pequeño comercio valenciano, está el establecimiento de moda Saratoga, que el padre de Borja Ávila abrió hace 53 años en el centro de la ciudad. Assegura que esta temporada están «empezando a recuperar lo perdido en pandemia y ya casi nos acercamos a las cifras de 2019, aunque los márgenes no tienen nada que ver». Gestiona cuatro establecimientos y emplea a 10 personas.
Y los problemas empiezan a acumularse por la crisis de energía: la factura de la luz se duplica -pasan a pagar de 300 a 600 euros al mes-, los costes del transporte crecen sin parar y han tenido que reinicitar a algunas marcas. «Los costes fijos vienen muy fuertes. Los proveedores antes nos subían el IPC, pero ahora las subidas son de casi el 10%”, explica el empresario.
«Todos estamos muy sensibles a los precios, pero el pequeño comercio da algo diferente y eso fideliza, pero en estos costes energéticos altos, comprar cerca tiene valor.» Nosotros trabajamos porque el cliente tenga lo que pide, aún sabiendo que esta será una época en la que vamos a tener menos provisiones”, agregó.
Todos estamos muy sensitivos a los precios, pero el pequeño comercio da algo diferente y eso fideliza»
Que son tiempos distintos también lo sabe Cristina Vicent, desde cuyas carnicerías-pollerías en los mercados del Cabanyal y el Central observa el consumo diario. «Es verdad que han subido los precios, que la gente se aprieta más el cinturón, pero la gente sigue saliendo… ¡mira cómo están los bares!», comentó Vicent, en la carnicería desde 1994 y cuya familia pertenece al negocio desde siempre. Asegura que entre sus productos, los elaborados son los de más éxito porque «la gente prefiere trabajar un poco menos en casa y disfrutar más».
Aumentó los precios porque «ahora el género te cuesta más caro, vendes más caro aunque ganas menos, pero era imposible no actuar», relata. Como medidas, se acaba de cambiar de compañía eléctrica «a una más económica» y en vez enginder la luz de los monstradores a las siete se espera a las siete y media «pero no puedo apagar una camara y quitarle el frío al pollo», explicado. En el mercado ahora hay placas solares y su gasto ha diminuido también, agada.
Enciendo la luz del mostrator later but no puedo apagar una camara y quitarle el frio al pollo»
Ante la posible caída del consumo, comercios como el de Cristina se las ingenian para seguir mostrando al cliente que está su lado. Aprovecha que tiene un repartidor para hostelería para aceptar pedidos a domicilio y sigue usando la comunicación vía WhatsApp para conquistar a sus clientes, algunos de los cuales los hicieron en pleno confinamiento.
Ofreca cercanía y humanidad, asegura, valores que estos días pone en valor la Confederació del Comerç, Servicis i Autònoms de la Comunitat Valenciana (Confecomerç CV), a la que pertenecen todos, en el lanzamiento de su nueva campaña. Tras lo aprendido en pandemia, señalan que es «imperscindible» tener un comercio próximo en los momentos más críticos, «para poder garantizar sus necesidades más básicas».
Leer también
Según su presidente, Rafael Torres, la realidad nos hace ver que «la decisión de compra pasa por pensar en cómo le afecta a nuestro planeta. Y ese cambio de mentalidad está cada vez más presente, y ha venido para quedarse”.
Con ese lema la campaña Principios para recuperar los principios quiere poner el acento en la situación internacional desde los showcases y displayadores de los pequeños comercios valencianos. 10.000 carteles y 290.000 bolsas se parten estos días para reclamar al cliente que, si gasta, lo haga en un sector que aún no respira tranquilo tras la Covid-19. “Nuestras pymes, micropymes y autónomos son las principales generadoras de riqueza, y las que favorecen el crecimiento de nuestros municipios”, agregó Torres.