La economía mundial entró en 2023 con una perspectiva preocupante, principalmente por la desaceleración de la actividad que se prevé a lo largo y ancho del globo. Los persistentes riesgos geopolíticos, el impacto de la inflación y la volatilidad de la economía parecen poner en duda el futuro más inmediato de las principales economías mundiales, según la ‘World Survey of CEOs’, elaborada por PwC a partir de la opinión de 4.410 ejecutivos de 105 países , presentado este lunes en el Foro Económico Mundial de Davos.
El pesimismo y la cautela estas son las dos palabras que mejor definen el sentimiento de los CEO globales sobre la evolución de la situación económica internacional y sus negocios en 2023. Pesimismo porque el 73% de los altos ejecutivos globales (76% de los españoles) impiden una desaceleración de la economía mundial en los próximos doce meses. Y cautela -o prudencia- porque, a pesar de lo negativo de estas perspectivas, el 60% de los managers no están pensando en reducir sus plantillas y el 80% tampoco prevé ajustar la remuneración de sus empleados, sino que apuestan por transformar sus negocios , recortar los costes operativos, mejorar la productividad y diversificar sus fuentes de ingresos como recetas ante la situación actual.
La caída del díaconfianza de los primeros ejecutivos en la evolución de la conjuntura mundial económica es la mayor que registra la encuesta en los últimos doce años y contrasta con el fuerte optimismo, también en niveles récord, de 2021 y 2022. Destaca el pesimismo de los directores empresariales pertenecientes a los países del G-7 que se están viendo muy afectados por la crisis energética, y donde la mayoría cree que sus economías internas se están comportando peor que la situación internacional, como en Francia donde cae del 70% al 63%, Alemania que pasa del 94% al 82% y en el Reino Unido (del 84% al 71%). Mientras que, entre los más positivos, se encuentran los altos directivos de Estados Unidos, Brasil, India y China.
Reducción de ingresos
Los CEOs globales tampoco tienen una buena percepción de cómo van a evolucionar los ingresos de sus empresas en 2023: en conjunto, la confianza cae un 26% respecto al año pasado, el mayor descenso desde la crisis de 2008, en la pasada crisis financiera. En España, el porcentaje de consejeros que confía plenamente en el cumplimiento de sus objetivos de ingresos respecto al ejercicio pasado -del 64% al 26%-, y la mayoría -el 53%- se declara medianamente confiado. En cuanto a los mercados preferidos para la inversión de las empresas españolas, Estados Unidos (44%), Alemania (29%), México (24%) y Francia (21%) son los destinos preferidos.
Para respondedor al difícil contexto económicolos primeros ejecutivos tienen previsto ajustar los costes y ampliar sus fuentes de ingresos. Concretamente, el 52% espera reducir sus costes operativos, el 51% tiene previsto subir los precios de sus productos y el 48% diversificar sus productos y servicios. Sin embargo, la mayoria no contempla tocar el empleo ni la remuneración de sus empleados. De hecho, la falta de capacidades con las que necesitan las empresas seguirá siendo una constante en 2023.
Por primera vez -ya la vista de cómo se han acelerado las tendencias disruptivas en el mundo de los negocios-, la encuesta pregunta a los principales mundiales sobre cuál considera que será la vida media de sus compañías y la respuesta es significativa: el 40 % cree que sus empresas dejen de ser viables en menos de diez años si sigue por el mismo camino.
Esta respuesta es consistente entre los altos directivos de diferentes sectores, como telecomunicaciones (46%), industria (43%), salud (42%) y tecnología (41%). Cuando se les interroga sobre cuáles son los desafíos que pueden afectar a la rentabilidad de sus compañías en la próxima década, el 56% asegura que el cambio en los hábitos de comportamiento de los consumidores, el 53% la nueva regulación, el 52% que la falta de talento y el 49% que la disrupción tecnologia. En el caso de los CEOs españoles, los desafíos son similares, aunque destaca que más del 70% de los entrevistados en nuestro país situatán a la regulación como gran desafío para la rentabilidad de sus compañías.
Riesgos y amenazas
Si hace un año, la ciberseguridad y la salud se situaban entre las máximas preocupaciones de los consejeros delegados para la actividad de sus empresas, en la actualidad, el panorama ha cambiado sensiblemente. La inflaciónla volatilidad económica y los conflictos geopolíticos son, por este orden, las tres grandes amenazas para las empresas en el corto plazo, según los máximos directivos entrevistados tanto a nivel global como en España.
Cómo no podía ser de otra manera, la guerra de Ucrania ha aumentado la preocupación de los directivos por los conflictos geopolíticos en todo el mundo, lo que les está llevando a retocar algunos aspectos de los modelos operativos de sus empresas. En este sentido, en los próximos doce meses los CEOs tienen previsto incrementar sus inversiones en ciberseguridad (48%), ajustar sus cadenas de suministro (46%) y replantear su presencia en algunos mercados o la entrada a otros nuevos (46%).