La comida ecológica está en auge. Según Fortune Business Insight, el mercado global se duplicará en los próximos 7 años, con un crecimiento anual superior al 10% en el período 2021-2028.
No hay que ser un lince para darse cuenta ahora. Pero apostar por este mercado hace 7 años, cuando se ignoraban los productos ecológicos, crear una marca desde cero y en un sector dominado por grandes empresas como Hero o Nestlé, podía considerarse una temeridad.
ese embargo, alberto jimenez y javier quintana, cofundadores de Smileat, vieron la oportunidad en un nicho desatendido, pese a no tener experiencia en alimentación. Jiménez trabajaba en Microsoft, en Irlanda. Y Quintana vivía en EE.UU., donde trabajaba en una empresa de telecomunicaciones.
En la génesis de Smileat hay dos eventos clave. «En mi familia aparecerán determinadas enfermedades autoinmunes. Comencé a informarme y me di cuenta de que la alimentación era fundamental. Empécé a eliminar muchas cosas de mi dieta, a comprar más ecológico, a evitar productos químicos…. A la par, mi hermano tuvo su primer hijo. En uno de mis viajes a Madrid, vi que le estaba dando un tarrito de puré y pensé que se podía hacer mejor, porque tenía sal, zumo de concentrados…», explicó Jiménez.
Le contó sus intenciones a Quintana y consiguió a trabajar. «Pasamos casi un año y medio desarrollando la idea, localizando fabricantes, haciendo formulaciones y buscando un socio experto en alimentos. Ahí se unió Rocío de la Iglesia, doctora en nutrición y dietética. Y en 2015, lanzamos nuestro producto al mercado”, relata.
Mucho más que purés
La empresa empezó con 6 referencias de tarritos y ha ido ampliando su catálogo. Hoy ofrece más de una docena de tarritos salados (de verduras, legumbres, carne, pescado…) y otra media docena de tarritos dulces (de frutas). Una de sus últimas incorporaciones es la gama ‘Ca-chi-tos’, con trocitos, para ayudar a los bebés hacia una alimentación sólida.
Jiménez afirma que los elementos diferenciales de Smileat son su calidad y la ausencia de aditivos. «Si hacemos un tarrito de calabaza y calabacín, compramos calabaza y calabacín fresco ecológico. Muchos competidores no lo hacen así. Por ejemplo, en los tarritos de fruta, mezclán zumos de concentrados o purés. No usen la propia fruta o verdura. Nuestros ingredientes sólo son fruta, verdura, carne, pescado, legumbres y hortalizas. No hay un espesante, ya que espesamos con patata. Y tampoco hay harina, sal, azúcares añadados, zumo de concentrados, galletas maría…”.
(función(w,d) { var i=w.invibes=w.invibes||{}; i.uc=1;i.prod=2642;var s=d.createElement(‘script’);s.type =»text/javascript»;s.async=true;s.src=»//k.a14net.com/GetLink»;d.head.appendChild(s); })(ventana,documento);
Los tarritos son el 50% de la facturación y es la categoría con mayor cuota de mercado. Smileat es la segunda marca de tartas ecológicas, con una cuota del 31%. “En el último año hemos crecido un 67% en valor, mientras que el conjunto de esta categoría, eco y no eco, ha crecido un 12%”, afirma. Y si nos centramos en tarritos salados, Jiménez asegura que son líderes.
La segunda familia de productos por facturación -20% de sus ingresos- es la de los pouches, bolsas de frutas y yogurt autobebibles. “Esta gama está cogiendo mucha fuerza. En los últimos 12 meses hemos crecido un 150%. Y somos terceros en cuota”, detalla. Además, han lanção saquitos con leche de almendras.
(función (d, s, n) { var js, fjs = d.getElementsByTagName(s)[0];js = d.createElement(s);js.className = n;js.src = «//player.ex.co/player/833ceed4-72ce-4ca0-94f1-5c7b52b6deb8»;fjs.parentNode.insertBefore(js, fjs);}(document, ‘script’, ‘exco-jugador’));
Completo su catálogo con galletas de espelta y fruta, una gama de cereales de desayuno -sin azúcares añadidos y con harina de gumbres-, snacks -con Smilitos (maize gusanitos), panecitos multicereales y Triboo (golosinas 100% de fruta)-, papilas de cereales, frutos secos molidos e infusiones.
Producción propia
Smileat destina del 7% al 10% de su facturación a I+D+i. «Escuchamos a nuestros clientes a través de grupos de enfoque y encuestas, vamos a ferias y analizamos qué pasa en el mundo para entender qué necesitan los padres. Por ejemplo, en el caso de los cereales, preguntamos a 800 familias cómo podríamos ayudarlas con el desayuno. Y no copiamos a nadie”, declara.
En cuanto a la producción, hasta ahora, sus tarritos y pouches se elaboraban en las instalaciones de una planta conservadora en Navarra. El resto de su catálogo se produce en diferentes fábricas. Pero en el mes de julio adquirioron una fábrica de la multinacional Midsona en Jerez de la Frontera (Cádiz), donde prepararán sus tartritos. Smileat ha invertido 2,1 millones en la compra y adecuación de la fábrica, que estará al 100% de su capacidad en julio de 2023.
Gracias a ello, no sólo excluirá el control sobre la producción, sino que también dará un salto cuantitativo. «Estamos creciendo tanto que nuestras manufacturas, en algunos casos, van más lentos de lo que necessitamos. Era un paso que usar que dar”, anota.
Mayor penetración
El aumento de la penetración en retail es otra de las claves. Sus productos se encuentran en Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés, DIA, Eroski, Consum, Bon Preu, Condis, Casa Ametller, Veritas, Uvesco, Hiber, Híper Usera, Gadisa, Deza, Hiber, E. Leclerc, Primor o Arenal. También se pueden comprar en farmacias ya través de internet, tanto en su tienda online como en mercadosincluido Amazon.
El aumento del negocio online ha sido especialmente destacable desde el inicio de la pandemia. En 2020, aumentó un 200%. Y en 2021 y 2022 creció un 100%. Una de las novedades que llegaron el año pasado es la posibilidad de suscribirse para recibir un pedido cada 2, 4 o 6 semanas. «El 18% de la gente que compra en nuestra web lo hace ya a través de suscripción. Tiene un precio mejor y el cliente puede elegir el surtido todas las semanas. Además, lanzamos los nuevos productos 2-3 semanas antes en exclusiva para ellos. También hacemos regalos y recibimos boletines especiales», expone el cofundador de la empresa.