La tecnología ha jugado un papel determinante en la educación. En muchas ocasiones, la ha mantenido a flote. Sin embargo, a menudo la ciudadanía se interroga sobre si realente la ha mejorado. Pues bien, la mayoría de analistas consideran que ha introducido avances significativos en las aulas. Primero, en las físicas; luego, en la era del coronavirus, en el entorno virtual.
Un ejemplo de esto es una investigación de NewSchools Venture Fund/Gallup en la que se señala que existe un fuerte vínculo entre las herramientas digitales de aprendizaje y los resultados académicos. Oh sí, puertos si la tecnología de calidad haya en las clases, más fácil será que las notas de los antiguos alumnos altas. El debate es de lo más intenso en todo tipo de países.
Para empezar, los colegios de Estados Unidos se enfrente a una alarmante escasez de maestros. Además, los docentes que ya están ejerciendo su profesión expresan una satisfacción laboral muy baja, según otro estudio de la consultora Gallup. Los padres están cada vez más preocupados por la educación de sus hijos, y este nerviosismo se translada a los profesores. La situacion no ha mejorado ni tan solo despues de los meses mas duros de la covid.
Casi la mitad de las escuelas norteamericanas tienen actualmente algún puesto vacante, a tiempo completo o parcial. Por ello, no es de extrañar que los responsables del 53% de los centros participantes en una encuesta del Instituto de Ciencias de la Educación consideren que tienen “poco personal”, tanto en primaria como en secundaria.
Otro ambicioso informe, plantado con los datos de 5,4 millones de alumnos, revela que se ha producido una «caída considerable» en las notas de asignaturas como matemáticas y habilidades como lectura. En este contexto, ya pesar de experiencias punteras, familias y expertos se preguntan si no se están depositando súmidos expectativas en la tecnología.
Uno de estos experimentos alentadores es Skill Immersion Lab, puesto en marcha por la multinacional informática alemana SAP, la empresa de computación espacial Talespin y la organización sin ánimo de lucro JFF. En este programa se emplearon dispositivos de realidad virtual y escenarios inmersivos para capacitar a los niños en habilidades esenciales: comunicación, resolución de problemas, liderazgo…