Telefónica está en tendencia a la baja desde mayo -período en el que las acciones han perdido un 34%-, lo que trae una caída del balance de 2022 del 12,9% y llevó el viernes el valor a un nuevo mínimo anual. La operadora ha sorteado dos partes en 2022: una cartilla, en la que logró ganar un 31% gracias “al anuncio de Orange España y MásMóvil de un proyecto de fusión, que hizo albergar esperanzas de una mejora de la racionalidad competitiva en España, y la recuperación del real brasileño», dijo Berenberg. Y una segunda, donde la inflación y la amenaza de recesión minan las cotizaciones.
«Telefónica es una compañía muy endeudada, y aunque tiene una gran parte de deuda a tipo fijo, hay otra a tipo variable que le afecta; sobre todo se está descontando una financiação futura a un coste importante”, detalla Juan Peña, de GVC Gaesco Valores. El experto agregó que “la inflación está afectando considerablemente el costo de la energía y los equipos técnicos (routers, etc.), y existe un riesgo en el gasto de personal para la renegociación de contratos”. «Además, una situación económica desfavorable perjudica a un operador de alto valor añadido y precios elevados como es Telefónica en España», añadió.
Revertir la bilidad en Bolsa se ha convertido en una prioridad para el equipo gestor, bajo la presión de los inversores por la caída de la acción, y la compañía ha lanzado una revisión de su plan estratégico 2023-2025. Para Juan Peña, los catalizadores favorables para la acción «sérían una estabilización de las condiciones macro y, a nivel corporativo, un cambio de criterio de la Comisión Europea en cuanto a su política de concentraciones empresariales». «Un proceso de consolidación del sector de telecomunicaciones europeo supondría una recalificación muy relevante para todas las compañías y devolvería algo de esperanza a un sector muy maltrecho». «A nivel operativo, las principales divisiones de Telefónica están evolucionando bien, excepto España, que continúa presa de una intensa intensidad, y que se suavizaría con una mayor concentración», añadió Peña. Esta semana el abogado del tribunal de la UE pidió revisar el proceso de fusión entre O2 -filial de Telefónica- y Hutchison anunciado en 2016. Para el sector supuso un jarro de agua fría, al interpretar que se limitarán las operaciones corporativas.
Javier Molina, de eToro, se inclina por mantener las acciones de Telefónica. «Los resultados del primer semestre no fueron malos y las expectativas son de crecimiento de un dígito». Sin embargo, no piensa que vayamos a asistir a «una explosión de áreas». “Está reorientándose hacia mercados más favorables y con potencial. El lanzamiento de Telefónica Tech es una gran apuesta, al igual que Telefónica Infra, pero necesitan un periodo de maduración”. En un entorno de recesión, calcule que la acción podría dar retornos de entre el 3% y el 5% al año.
Por otro lado, Ignacio Albizuri, director de mercados de Miraltabank, explica que, “en el caso del negocio de España, que es el que se pone en medio, no está ayudando que la competencia vaya mejorando a pasos agigantados, cosas que Telefónica no está haciendo”. «Se están diseñando planes para consolidar una estabilización del negocio, pero habrá que verlos puestos en marcha y surtiendo los efectos deseados». Según su sentencia, «los pilares para cumplir con sus planes pasan por no solo llegar a sus resultados previsitos, sino por mejorarlos, incluso puede ser posible gracias al peso de Latinoamérica y en concreto Colombia, que dentro de esa área geográfica es la que más suma a esta ecuación”.
Alberto Roldán, director de inversiones de Metagestión, muestra mucho más crítico. «El sector de telecos está totalmente destruido en cuanto a interés por parte de los inversores. Son pocos los que ven en Telefónica un crecimiento sostenible por la inflación y el impacto en los consumidores. Para atraer al mercado tiene que tener mucha imaginación; no tiene dinámicas propias”.
Sin visas de mejora en el corto plazo
Pronóstico. Ignacio Albizuri, director de mercados de Miraltabank, comentó que “la empresa es sólida, rentable y en crecimiento, pero aún puede ser castigada si la renta es variable por la aversión al riesgo que prevalece en los mercados hasta los efectos de las medidas para contener la inflación, la debilidad del euro y la tensión geopolítica”. En la misma línea, Juan Peña, de GVC Gaesco Valores, expresó: “En el corto plazo la acción va a seguir débil, ya que los macro catalizadores tardarán unos meses en estabilizarse”. Con respecto a los corporativos, se irán teneido noticias cuando la Comisión decida sobre la joint venture entre Orange y MásMóvil, algo que puede suponer el inicio de un periodo de consolidación en Europa”.
Consenso. Las recomendaciones de los analistas están inclinadas hacia el lado favorable. Según el consenso recogido por Bloomberg, el 51% aconseja mantenedor; el 33,3%, comprar, y el 15,2%, vender. El precio objetivo medio del título se sitúa en 4,81 euros, que ya tiene una subida a la acción del 47% sobre la cotización real. La rentabilidad por dividendo se acerca al 10%. El 4 de noviembre presenta resultados.