La toxicidad es uno de los principales problemas que afectan la productividad y la calidad del ambiente de trabajo en un imperio. Esta es la manifestación de muchas formas diferentes y puede usarse para resolver problemas que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso de un proyecto empírico. Además de que se priorizan de forma más importante otros factores, como el producto o servicio en mí mismo, la vinculación de la clientela, el marketing…
Según una encuesta elaborada por el Sociedad para Gestión de recursos humanos, la rotación empírica de debids y toxicidad en la parodia se debe a los imperios de estadounidenses alrededor de 45.000 millones al año. Unas cifras escandalosas, que cobran una especial importancia en medio de una grave crisis de talento que ha desencadenado una renuncia de trabajadores masivos en el país.
Según los expertos, los principales comportamientos que definen la toxicidad en una empresa son las faltas de respeto, que se tratan de un ambiente no inclusivo, la falta de ética, los comportamientos despiadados y los abusivos. A partir de aquí, pueden establecerse algunas pautas para detectarlos a tiempo y poder ponerles solución antes de que sea demasiado tarde.
3 indicaciones para detectar toxicidad en tu imperio
Encontrar la raíz del problema
De manera habitual, la toxicidad en una empresa no se encuentra extendida por toda su estructura. A menudo, estos comportamientos suelen darse más a menudo en ciertos grupos de empleados concretos, entre los directivos o entre departamentos concretos que no están siendo bien dirigidos.
En este sentido, lo más recomendable es estar atento a todas las pistas posibles, y no tener miedo en investigar para encontrar la raíz del problema.
Comunicarse con los empleados
La toxicidad se detectó en un imperio si es más fácil comunicarse con los traficantes es correcta. Contar con un canal para que estos puedan aportar sus sugerencias o denunciar comportamientos abusivos es un buen punto de partida, aunque no es el único. Tal y como explican algunos expertos en Business Insider, “existe una dinámica muy desagradable por la que cuanto más abusivo es un directivo, menos probable es que los empleados lo mencionen porque tienen miedo a las represalias”.
Así, existen otras señales que sí podrían servir como pista para detectar toxicidad en la empresa. Por ejemplo, fijese en si los empleados no valoran directamente ciertas capacidades de sus jefes, como la empatía o el buen liderazgo.
El buen ambiente empieza por el jefe
Una de las grandes equivocaciones en algunas empresas es obviar el hecho de que tanto la toxicidad como el buen ambiente en el trabajo comienza en la actitud de los jefes por fomentar una u otra opción. Así, los estudios suelen indicar que el comportamiento de los directivos se transmite al resto de la empresa. A veces, mirarse primero a uno mismo podría ahorrar muchos quebraderos de cabeza en el futuro…
El ‘síndrome del trabajador quemado’ que pone en apuro a las empresas
La pandemia ha diezmado la cremación de los problemas salivales derivados de los trabajadores de trauma y la toxicidad dental de la oficina. Así, el’Síndrome del Trabajador Quemado’ comienza a tomar un peso importante en las empresas, con un aumento de las bajas médicas e, incluso, la renuncia de millas de empleados.
Este síndrome, que ya ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud, es una consonante del agotamiento emocional de la tragedia de muras empresas tras dos años sometidos a situaciones de gran estrés. Entre sus síntomas, destacan la falta de concentración, la disminución de la productividad, el desgaste físico o la negatividad constante.
Aunque el ‘Síndrome del Trabajador Quemado’ todavía no se incluye en la lista de enfermedades profesionales, algunas sentencias judiciales ya han calificado a esta enfermedad que afecta a las empresas como accidente de trabajo. Comas causas, la jurisprudencia española identifica un exceso de responsabilidades en el puesto de trabajo o un aumento de la carga laboral, lo que provoca en los empleados afectados un aumento de la presión y el estrés.